Mientras Mirtha Legrand manifestaba su apoyo a la UBA, los empresarios celebraban el ajuste en Mar del Plata
Diva socialmente comprometida vs. tribuna empresarial obsoleta
Una tribuna empresaria ajena a la realidad y vacía de voces críticas
Mientras la diva bancaba en la UBA el reclamo contra el veto de Milei a universidades, los ceos en Mar del Plata vivaban los insultos del Gobierno a la oposición y el ajuste sobre la población. Un mitin que en los pasillos se describió casi "como un house organ" libertario y que, históricamente, dependió de las "ovejas negras" para ampliar la visión sobre la política y el poder económico.
Mirtha y su conexión con la realidad social
Entrevistada a la salida de la UBA de Arquitectura, donde recibió un título Honoris Causa y apoyó el reclamo universitario ante los vetos de Javier Milei, Mirtha Legrand le rogó a la comunidad educativa que "no bajen los brazos, la universidad merece todo el respeto, toda la ayuda. Estamos viviendo un momento muy difícil". Más allá de los matices y contradicciones que admite -como casi todos los personajes populares-, la diva demostró un nivel de conexión con la problemática social respetable. Su posición no es aislada: ya en su mesa demostró conocer lo duro que es pagar 100 mil pesos de tarifas.
El obsoleto Coloquio de IDEA
Lo de IDEA no es nuevo: las coberturas del evento marplatense, vistas en perspectiva histórica, configuran un polo de ceos que fue perdiendo a los dueños, instalando un mitin de gerentes y, sobre todo, con un mensaje político y social que es una pintura en sepia. Una especie de logia que se cierra a voces críticas, que prioriza una agenda del poder económico descontextualizada y hasta obsoleta.
Contrastes y cuestionamientos en el Coloquio
En la burbuja de IDEA se debate acelerar el ajuste o confirmar que el rumbo es el correcto, mientras la sociedad y la política parecen empezar a debatir los alcances y daños del ajuste. No sólo lo muestran las encuestas, que preocupan al Gobierno, sino cuadros opositores extra PJ, que cuestionan el modelo anti industrial.
Los pocos episodios de opiniones diferentes a las del lugar común se dieron, en IDEA, por errores en la planificación. Uno de los últimos hechos en ese sentido fue la aparición de Sebastián Ceriá, matemático y el dueño de Fundar, quien en el 58 Coloquio, con el lema "Ceder para crecer", se plantó y consignó que "los primeros que tienen que ceder son los empresarios". Otro que rompió el molde fue el dueño de la textil El Cardón, Gabo Nazar. En la edición 47 del Coloquio, año 2011, aseguró que "los empresarios argentinos son una maquina de fugar dinero". Años más tarde, el sacerdote jesuita Rodrigo Zarazaga, cuestionó en el Coloquio del 2016 a los que dicen que "los beneficiarios de los planes sociales no quieren trabajar". Y luego, en 2019, Carolina Castro, la primera mujer en la mesa chica de la Unión Industrial (UIA), consideró ante esa misma platea como central el rol del Estado y hasta se animó a hablar de "distribución de la riqueza". En ese tren de rebeldes, también apareció el ex titular de Toyota, Daniel Herrero, que fue el creador de aquel lema de "Ceder para Crecer". Todas estas posiciones, en el escenario de contraste con IDEA, reflejan uno de los grandes dilemas argentinos.