Historias del Volga: el recuerdo de las antiguas misas en Pueblo Santa María
Abelia y Valeria, vecinas de Pueblo Santa María, compartieron en "Historias del Volga", una nueva producción de Resch Producciones y RDV, recuerdos sobre las antiguas misas en latín y la convivencia de idiomas en la vida religiosa de las primeras generaciones de alemanes del Volga.

Abelia y Valeria, vecinas de Pueblo Santa María, compartieron en "Historias del Volga", una nueva producción audiovisual de Resch Producciones y RDV sus recuerdos sobre las antiguas misas.
“En las casas se hablaba en alemán día y noche”, afirmó Valeria, quien destacó que aprender castellano fue un proceso complejo para los niños de entonces, pese a asistir a escuelas religiosas donde las monjas impartían clases en español. Aún así, los rezos y cantos de las misas eran en latín, un idioma que tampoco comprendían plenamente.
Las misas se celebraban en horarios estrictos: “Había una a las seis, otra a las siete y media y otra a las diez”, recordó Abelia. Los feligreses debían asistir con mantilla, rosario y un libro de oraciones. Cada uno se concentraba en su lectura sin necesariamente seguir lo que decía el sacerdote. “El cura daba la espalda, miraba hacia el altar”, explicó.
El latín, aunque desconocido para la mayoría, era aprendido de memoria gracias a la educación impartida en las escuelas religiosas. “Aprendimos a cantar en latín porque en la escuela nos lo enseñaban”, comentó Valeria. Sin embargo, leer en alemán resultaba igualmente difícil: “No sabíamos leer en alemán, nadie sabía”, agregó.
La dinámica de las ceremonias mostraba cómo la comunidad mantenía una identidad cultural fuerte a pesar de las barreras idiomáticas. “Cada uno hacía su propio rosario o leía su libro durante la misa”, mencionó Abelia, evidenciando el carácter introspectivo de esas ceremonias.
Estas historias permiten entender cómo las primeras generaciones de alemanes del Volga en la región buscaban conciliar sus tradiciones con las prácticas religiosas locales, en un contexto donde convergían el idioma y la fe.
Fotografía: Hilando Recuerdos