El acuerdo entre Estados Unidos y Ucrania marca un punto de inflexión en la política de financiamiento internacional. Washington, abierta y desembozadamente, exigió el pago de la deuda del país europeo en guerra con Rusia, ya no en dinero, sino en recursos naturales.
Durante años, se sospechó que la estrategia de Estados Unidos no era recuperar el dinero prestado, sino garantizarse el acceso a los bienes más valiosos de cada país deudor.
EL PAGO “EN ESPECIAS” DE UCRANIA
Ahora, con el acuerdo firmado por Volodymyr Zelensky, esta hipótesis dejó de ser una especulación para convertirse en un hecho concreto.
Desde el inicio de la guerra con Rusia en 2022, Ucrania recibió ayuda militar y económica de Estados Unidos por un valor estimado en 500.000 millones de dólares, según asegura Donald Trump.
Sin embargo quien acaba de volver a la Casa Blanca en 2025, dejó en claro que esa ayuda debía ser retribuida. Así fue como se negoció un acuerdo por el cual Ucrania entregará el control de yacimientos clave de litio, grafito, titanio y tierras raras a empresas estadounidenses.
El precedente es claro: Estados Unidos ya no ofrece apoyo a cambio de promesas de pago o alianzas estratégicas. Ahora exige una compensación tangible en forma de recursos naturales.
La designación de jueces de la Corte Suprema por decreto cosechó amplios rechazos en el Congreso de la Nación. Un bloque presentó una alternativa.
Esta nueva lógica de financiamiento tiene implicaciones directas para países altamente endeudados como Argentina, cuya deuda con el Fondo Monetario Internacional sigue siendo impagable.
DE MACRI A MILEI, UNA DEUDA MILLONARIA
En nuestro país, la deuda contraída en 2018 bajo la presidencia de Mauricio Macri generó una crisis de pagos que se mantiene hasta hoy, a pesar de los intentos de renegociación en los gobiernos posteriores.Aquí también existen vastos recursos mineros, especialmente en litio, cobre y gas, que son estratégicos para la economía global. La explotación de estos recursos es un tema recurrente en las negociaciones con inversores extranjeros, pero hasta ahora nunca se estableció un acuerdo explícito que ligara la entrega de recursos al pago de una deuda soberana.
LOS LIBERTARIOS DE MILEI Y EL FMI
El gobierno de Javier Milei profundizó la política de buscar nuevo endeudamiento con el objetivo de “sanear las cuentas públicas y generar confianza en los mercados”.
Sin embargo, la falta de crecimiento y los vencimientos cada vez más cercanos hacen que el pago de la deuda siga siendo un desafío sin solución aparente.
En este contexto, si Estados Unidos (socio mayoritario del FMI) plantea un esquema similar al aplicado en Ucrania, también Argentina podría verse obligada a ceder parte de su riqueza natural como forma de pago.
Más allá de los aspectos económicos, este tipo de acuerdos ponen en jaque la soberanía de los países involucrados. La entrega de recursos naturales a cambio de financiamiento externo implica perder el control sobre sectores estratégicos de la economía, algo que históricamente se intentó evitar en Argentina.
La situación ucraniana deja una lección clara: la ayuda internacional ya no se basa en alianzas o intereses geopolíticos, sino en el control de los recursos. Para Argentina, el desafío será evitar que la deuda termine convirtiéndose en una herramienta de apropiación de su riqueza natural.