Chai Chai Proyect en la primera Volga Session: una propuesta sonora que trasciende fronteras
Chai Chai Proyect es un ensamble que explora la música étnica del Medio Oriente con una fuerte impronta experimental. Integrado por Juan Pablo Lodos, Juan Gonella, Vanesa Meier y Joaquín Meier, su propuesta se basa en la interpretación de piezas tradicionales, improvisación y composiciones propias, generando atmósferas envolventes y estructuras rítmicas no convencionales.

El grupo musical Chai Chai Proyect, conformado por Juan Pablo Lodos, Juan Gonella, Vanesa Meier y Joaquín Meier, explora la música étnica con una propuesta que conjuga sonoridades del Medio Oriente y una fuerte impronta exploratoria.
"Es un proyecto de música étnica, se podría decir así ampliamente", explica Juan Gonella. La formación incluye el laúd árabe (también conocido como ud), el clarinete bajo, el violonchelo y una variada sección de percusión. "La iniciativa fue crear un proyecto para ver qué podíamos hacer de Medio Oriente", agrega.
La exploración de nuevos sonidos y estructuras musicales es un eje central en la propuesta. "Son músicas que vienen de muy lejos en el tiempo", explica Lodos. "Uno descubre que en las distintas otras músicas que conocemos, como las de América Latina, habitan muchas de esas influencias". El ensamble, según describe, se construye a partir de sonoridades específicas, generando conexiones entre distintas tradiciones musicales.
El repertorio de la banda combina interpretaciones de piezas existentes con composiciones propias. "Lo que hicimos fue primero tocar obras que ya existían, intentar ejecutarlas lo más parecido posible a lo que suenan en las grabaciones que escuchamos", comenta Gonella. "Algo hay que estudiar y algo hay que prestar atención, porque son reglas distintas". La ausencia de un instrumento armónico también es una particularidad de la formación. "No hay nadie que haga acordes ni que tenga el rol de bajista definido", señala. "Cada uno se va turnando ese rol si es que lo hay".
El componente rítmico también representa un desafío dentro de la propuesta. "Todo es difícil hasta que nos sale", dice Lodos. "Quizás no estamos habituados a estos ritmos, pero cuando los trabajás y tratás de abrir más los canales intuitivos, se incorporan de otra manera". La construcción de la identidad sonora del grupo también implica un proceso de adaptación y aprendizaje. "Nos enfrentamos a otros modos de entender la música, lo que nos obliga a leer estas propuestas desde nuestra propia formación", sostiene.
El impacto en el público varía según el contexto en el que se presentan. "En el momento en que tocamos, la gente está tranquila", explica Gonella. "No hay mucha euforia como en otros proyectos, pero después de cada tema o al final del show, hay una reacción fuerte, un desahogo". Según Lodos, muchas veces la audiencia comienza con una actitud solemne, sin saber qué esperar. "Al principio el público está como si estuviera en un concierto de teatro, sin saber si es algo clásico o popular", dice. "Luego el hielo se rompe y la energía cambia".
El proceso de conformación del grupo se dio de manera natural. "Yo tocaba el instrumento solo, estudiaba canciones a medida que podía", recuerda Gonella. "Me interesaba encontrar un compañero de estudio para motivarme a seguir aprendiendo, así que lo llamé a Juan Pablo, aunque no lo conocía tanto". La afinidad musical fue inmediata. "Sabía que le iba a interesar la propuesta porque ya conocía géneros similares", agrega. La integración de los hermanos Meier respondió a un criterio similar. "Nos vemos seguido con ellos en la Escuela de Música y pensé en sumarlos por la similitud de los instrumentos".
El ensamble se caracteriza por su apertura a la improvisación. "Si bien los temas están escritos, hay espacios de mayor libertad interpretativa", destaca Lodos. "Eso le da una potencia extra a lo que hacemos". La combinación de composiciones estructuradas con momentos de exploración es uno de los pilares del sonido de la banda.
En cada presentación, el grupo busca construir una narrativa sonora. "El sonido inicial te planta en un contexto o en una atmósfera", explica Lodos. "Después tenés que contar la historia". La reacción del público, según los músicos, es un reflejo de este proceso. "Logramos generar atmósferas ficcionales donde la gente empieza a viajar por algún lado, aunque no sepa exactamente por dónde", concluye.